miércoles, 21 de octubre de 2009

UN PREMIO


Desde el día 15 tenemos un premio, un premio que no podía llevar un nombre mas bonito. Se llama SOMOS MAMÁS, y nos lo ha dado Mar, una maravillosa mamá verde de la familia virtual de la que tanto te hablo.
Al recibir el PREMIO SOMOS MAMÁS tengo que:

(Importante: esto también debes copiar y pegar en tu blog)
1- Mencionar quien te dio el premio: Mar
2- Mencionar algo que nunca publicarías en tu blog: comentarios racistas, homófobos o deliberadamente ofensivos
3- Mencionar algo que siempre aparece en tu blog: mis hijos, China, los hechos cotidíanos
4- Pasárselo a 5 Blogs más, incluyendo sus nombres y links respectivos.
(También debes pasar la imagen)

Quiero compartirlo con 2 compañeras del viaje de mi vida. Son Ana, la mamá del precioso Owen Liàng y Anabel, la valiente mamá de Carlitos, Javier, Alberto y la muñeca Beatriz Wei.
También se lo damos a Chinochano, porque nos acerca un poquito mas el país que vió nacer a nuestros hijos, y a Marta y Anna, autoras de un indispensable para conocer donde han vivido nuestros niños sus primeros meses o años.
Y por último, también quiero que sea para Victor. Él no es papá, ni está enamorado de China, pero casi todos los días me arranca al final de la jornada laboral una sonrisa, cuando no una carcajada....Y eso hace que encaje con mejor talante la segunda jornada laboral...la de los juegos, los deberes, las peleas, los llantos, los baños y las cenas. Gracias a todos por lo que me aportais, por vuestro cariño internaútico. Gracias, Victor, por hacer de mi una mamá mejor.

jueves, 1 de octubre de 2009

MADRES



La República Popular China, el país dónde naciste, celebra hoy sus sesenta años de historia. Tu tienes fiebre alta -malditos virus-. Yo no he ido a trabajar y he pasado casi todo el día tumbada a tu lado, velando tu sueño. Tengo la experiencia de haber criado a tu hermana, pero es lo mismo. Soy vuestra madre, y aunque estas enfermedades no me asustan, si me duelen, mas que si fueran mías. Es lo que pasa cuando se es madre. Eso, y que no duermes, y que vas y vienes a la habitación termómetro en mano, y que no hay nada en esos momentos que importe mas que tu pequeño pachucho.
He estado pensando mucho en eso, en lo que significa ser madre, ser tu madre. Y me han venido a la cabeza dos mujeres: la que te dió la vida dos veces...la que te dejó en los servicios del Hospital... la que hizo el sacrificio mas generoso que soy capaz de imaginar. Y una mujer joven, a la que si pongo cara. Una mujer con olor a perfume dulce a la que siempre recuerdo hecha un mar de lágrimas.
El día de nuestro encuentro estaba allí, en el vestíbulo del Registro Civil apretando tu mano. Entonces no la ví -sólo tenía ojos para ti-. Me lo diría papá mas tarde.
Dos o tres días después, sonó el teléfono en nuestra habitación del hotel. Papá dijo que preguntaban por mí, por la madre de Shen Zhi Shuang, y bajó a la recepción. Regresó a los pocos minutos. No había nadie.
Tu y yo dormíamos la siesta cuando tocaron a la puerta. Y allí la ví por primera vez. La acompañaban su madre y una empleada del hotel, que fué la que hizo de intérprete.....Entre lágrimas nos iba contando que había sido tu madre de acogida, que te quería con toda su alma, que no podía adoptarte por falta de recursos económicos.
La abracé. Le dije que nosotros también te queriamos con locura y que tratariamos de darte todo lo mejor ....que estuviera tranquila. Entoncés, se arrancó del cuello el colgante que llevaba y me lo puso entre las manos, junto a una cajita de cartón. Me dijo que te lo diéramos cuando fueses mayor. Le pedimos que se pusiera junto a ti, para haceros una fotografía....Y hacia ella fuiste, serio, pero sin llorar.
El colgante era una medalla de Buda y en el interior de la cajita había una carta de tres folios en caracteres chinos.
El último día de estancia en Shenyang apareció por la mañana en el comedor del hotel. Te miraba desde lejos y lloraba en silencio.
Me acerqué a ella y le dije por señas, como pude, que fuese haci ti. Te abrazó y no sé cuantas cosas te dijo, despacito, mientras te acurrucaba entre sus brazos. Tu te dejabas querer con expresión de no entender nada. Te dió un último abrazo y se alejó secándose las lágrimas con la mano.
Me dijeron en Pekín que lo que hizo no estuvo bien, sobre todo porque pudo crearte confusión y dolor. Yo no la juzgo....y a tí no pareció influirte demasíado. Ya tenías claro que éramos tu papá y tu mamá. Sólo tengo agradecimiento para ella, que te cuidó como una madre, que veló tu sueño como yo hago ahora, que te explicó tan bien que papá, mamá y tu hermana mayor vendrían a buscarte desde muy lejos, que tendrías una vida nueva....Todo eso, sabiendo que esos extraños te alejarían de ella para siempre.
Dice el refrán que madre no hay mas que una...¡que va!...Eres muy afortunado: tu tienes tres, por lo menos. Y yo soy mas afortunada todavía, porque soy la que te cuida cuando estás enfermo, la que ríe con tus gracias, la que pelea contigo a la hora de la comida, la que te baña....porque soy yo a la que llamas MAMÁ.

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