jueves, 27 de agosto de 2009

AFGANISTAN


Cristina ya ha vuelto. Y te lo digo, Juan, con una especie de alivio como de hermana mayor. La llamé antes de que se marchara -"cuídate mucho", le dije- Y es que el recuerdo de José Couso ha marcado demasiado nuestras vidas: la de papá, por supuesto; la de tu hermana Paula y la mía. Tu todavía no sabes qué es el periodismo, ni la guerra....ni falta que te hace. Pero te diré, Juanito, que la marcha de Cris a Kabul ha despertado dentro de mi un gusanillo que creía muerto y enterrado.....Algún día cubriré -si es posible junto a papá- una de esas noticias que hacen historia. Pero mientras, me limito a darle a Cris desde aquí la bienvenida a casa, a felicitarla por el trabajo bien hecho, y a decirle que me emocionó verla en esa foto con su preciosa melena cubierta.
Lo mismo ella no lo recuerda, pero su primer boletín lo leyó conmigo. Y sentí que tenía madera.

EL PARAISO CONTIGO




Me considero una lectora voraz, Juan. A veces, casi, casi compulsiva. Pero sólo hace tres días, a una semana de marcharnos a Madrid, he podido enlazar tres páginas seguidas. Tampoco es para tirar cohetes. Un best seller en forma de trilogía que se aleja bastante de otras cosas que leo. Pero no he podido, el espectáculo que me brindáis diariamente tu hermana y tu, me ha alejado de la lectura e incluso de la siesta de pijama y orinal a la que soy adicta. ¿Cómo me voy a perder vuestros juegos al sol, vuestras peleas...? ¿Cómo no voy a contemplar vuestros cuerpecillos fibrosos, dorados y brillantes -como dibujados por el maestro Sorolla-enfrentándose a las olas?....¿Cómo no voy a escuchar vuestras "conversaciones profundas"?....Sería de tontos.
Has aprendido a nadar y bajo el agua te mueves como un pececillo. Tienes la mejor maestra: nunca hubiera imaginado a tu hermana Paula jalearte con tanta paciencia -"¡¡muy bien, Juan, como los mayores, sigue así"!!-, para a continuación, volver a lanzarse al agua y recorrer, contigo de la mano, el ancho de la piscina. Porque el MAR ya es otra cosa, pequeño. En el mar, no pasas de la orilla, todo lo más te adentras en brazos de papá agarrado como una garrapata. "El agua me hace pupa" -dices-. Y es que estas olas son mucho, Juan, pero no importa, tiempo hay... He de reconocerte que en los días de mucho viento no me baño si no es con papá. Ya he salido despedida demasiadas veces, arrojada por la fuerza del MAR a los pies de cualquier familia tumbada en la arena, haciendo un ridículo importante.
Por lo demás, las vacaciones me han servido para constatar que eres más cabezota de lo que yo creía -que era mucho en realidad-, que crees ciegamente en el poder de tu llanto, y que si Dios no lo remedia, te espera una brillante carrera de actor dramático.


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